La sesión arrancó con los principales índices estadounidenses moviéndose sin rumbo claro. El S&P 500 y el Nasdaq ceden ligeramente, reflejando la cautela que domina entre los inversores tras unos resultados que, pese a ser en general positivos, no terminan de entusiasmar. Netflix fue la gran protagonista negativa del día, al desplomarse cerca de un 8 % después de anticipar unos ingresos más débiles de lo esperado para el último trimestre del año. Su caída arrastró al resto del sector tecnológico, especialmente a otras compañías de crecimiento que habían liderado las subidas en los últimos meses.
La decepción no fue exclusiva del gigante del streaming. Texas Instruments también publicó unas previsiones por debajo de lo estimado y sus acciones cayeron casi un 8 %, lo que generó nuevas dudas sobre la solidez del sector de los semiconductores. Este efecto contagio muestra que el mercado está cada vez menos dispuesto a tolerar tropiezos, especialmente en un contexto de valoraciones exigentes.
Y es que, aunque el 87 % de las empresas del S&P 500 ha superado las estimaciones en esta temporada de resultados, la realidad es que eso ya no basta. Los inversores esperan algo más: un crecimiento que justifique precios que, en muchos casos, ya descuentan un escenario casi perfecto. Con las grandes tecnológicas concentrando cerca del 35 % del valor total del índice, cualquier tropiezo puede tener un efecto dominó significativo.
A este panorama se suman factores externos que siguen pesando sobre el sentimiento de los mercados. La incertidumbre geopolítica, con las tensiones entre Estados Unidos, Rusia y China aún sin resolver, y la falta de señales claras sobre el rumbo de la Reserva Federal, mantienen la volatilidad contenida, pero latente. Los últimos datos macroeconómicos tampoco ayudan: el consumo muestra signos de enfriamiento y la inflación continúa sin dar un respiro completo, lo que limita las expectativas de un recorte de tipos en el corto plazo.
Ante este entorno, los analistas recomiendan actuar con prudencia. No se trata de abandonar el mercado, sino de ser más selectivo. Los sectores defensivos, las empresas con valoraciones razonables y los valores que ofrecen dividendos sólidos pueden ser una alternativa interesante mientras se define la dirección del mercado. También conviene mantener algo de liquidez, por si se presentan oportunidades en compañías de calidad que sufran correcciones temporales.

