El cierre de semana llega con un tono más constructivo. Los futuros del S&P 500 repuntan alrededor de un 0,4 %, mientras que los del Nasdaq 100 avanzan cerca de un 0,6 %. El Dow Jones también se suma a las subidas con un 0,3 %. La relajación en los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años, que retrocede del 4,7 % al 4,6 %, aporta algo de calma tras los sobresaltos vividos en sesiones anteriores. Este movimiento alivia especialmente al sector tecnológico, que había sido el más castigado por la subida de tipos. Las acciones de Apple, Nvidia y Microsoft lideran los avances antes de la apertura, mientras Tesla sigue oscilando en un entorno de elevada volatilidad.
Los últimos datos de empleo publicados por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos han sido recibidos con alivio. En septiembre se crearon 170.000 nuevos puestos de trabajo, por debajo de las previsiones de 200.000, pero suficientes para mantener la solidez del mercado laboral. La tasa de paro se mantiene estable en el 3,8 % y los salarios crecieron un 0,3 % en el mes. Este equilibrio refuerza la idea de que la Reserva Federal no tiene motivos para seguir endureciendo su política monetaria, sobre todo en un contexto en el que la inflación continúa moderándose.
Los futuros sobre los fondos federales apuntan a que el primer recorte de tipos podría producirse hacia mediados de 2026, con una probabilidad superior al 60 %. Para los mercados, eso significa que el ciclo de subidas está prácticamente cerrado, y que lo que viene por delante será una fase de espera y de observación de los datos. Los analistas coinciden en que la clave ahora es si la economía estadounidense podrá desacelerarse sin caer en recesión, un equilibrio que determinará el rumbo de los activos de riesgo en los próximos meses.
En el mercado de materias primas, el petróleo Brent retrocede hasta los 85 dólares por barril tras el repunte de principios de semana provocado por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio. El dólar también pierde algo de fuerza frente al euro, que se sitúa en torno a los 1,09 dólares. En cambio, el oro se mantiene sólido, por encima de los 2.420 dólares la onza, consolidando su papel como activo refugio preferido en tiempos de incertidumbre.
Europa sigue el buen tono de Wall Street. El Ibex 35 avanza cerca de un 0,7 % en la sesión, con Banco Santander y Repsol entre los valores más destacados, mientras el DAX alemán y el CAC 40 francés también se tiñen de verde, animados por la mejora en el ánimo inversor global.
De cara a la próxima semana, el foco se desplazará hacia el inicio de la temporada de resultados empresariales del tercer trimestre. Los grandes bancos estadounidenses —como JPMorgan, Citigroup y Wells Fargo— abrirán el fuego con sus cuentas, ofreciendo pistas sobre la demanda de crédito, la calidad de los activos y la exposición al sector inmobiliario comercial. Además, se publicará el índice de precios al consumidor (IPC) de septiembre, un dato clave para confirmar si la inflación mantiene su tendencia a la baja.
Wall Street cierra así una semana de sobresaltos con un mensaje de fondo claro: la volatilidad no desaparece, pero el miedo empieza a diluirse. La posibilidad de que la Reserva Federal haya alcanzado su techo de tipos abre la puerta a un cierre de año más estable. Si los próximos datos confirman la moderación económica sin recesión, los inversores podrían mirar hacia 2026 con mayor confianza y menos sobresaltos.
