En los últimos días, el mercado ha sido testigo de una auténtica avalancha de propuestas para lanzar ETFs ligados a activos digitales. Estas 21 solicitudes, presentadas en apenas una semana, reflejan la prisa de grandes gestoras y bancos por posicionarse en un sector que está mostrando su madurez y estabilidad. Muchos observadores ven en esto el inicio de una nueva ola de productos financieros que podrían abrir las puertas del mercado cripto al gran capital institucional.
A la par, los ETF spot de Bitcoin están experimentando un repunte sin precedentes. En la última semana, las entradas netas superaron los 3.240 millones de dólares, marcando la segunda cifra más alta desde su creación. Este aumento contrasta con las salidas registradas a finales de septiembre y sugiere una recuperación sólida del apetito inversor. La expectativa de un entorno de tipos de interés más bajos en Estados Unidos también está contribuyendo al movimiento, haciendo de los activos de riesgo una opción más atractiva.
El precio de Bitcoin no se ha quedado atrás: la criptomoneda reina ha escalado por encima de los 125.000 USD, impulsada por una mezcla de factores técnicos y compras corporativas. En los últimos días, se han adquirido más de 6.700 BTC por parte de empresas e instituciones, con la japonesa Metaplanet destacando entre ellas. La consecuencia directa ha sido una menor disponibilidad de Bitcoin en los exchanges, lo que refuerza el desequilibrio entre oferta y demanda.
Mientras tanto, la SEC estadounidense tiene sobre la mesa un paquete de 16 solicitudes de ETF vinculadas a altcoins como Solana, XRP o Litecoin. Aunque algunos plazos se han aplazado debido al cierre parcial del gobierno, octubre se perfila como el mes de las decisiones. Si varios de estos productos reciben luz verde, el mercado podría extender su rally más allá de Bitcoin, impulsando una “altseason” anticipada.
No obstante, los analistas piden cautela. Las resistencias técnicas entre 120.000 y 125.000 USD son fuertes, y la euforia actual podría encontrar obstáculos si los datos macroeconómicos decepcionan o si los grandes fondos optan por recoger beneficios. Además, el frágil equilibrio entre regulación y adopción masiva sigue siendo un factor determinante.
El sentimiento general es optimista: los ingredientes de este “Uptober” —flujos récord, nuevas solicitudes de ETF y un renovado apetito por el riesgo— han devuelto la confianza a un mercado que llevaba meses en consolidación. Pero, como siempre en el universo cripto, el reto será mantener el impulso sin caer en la trampa de la sobreexposición.

