Esta maniobra forma parte de una estrategia más amplia para que Topaz gane independencia y liquidez en los mercados, mientras Tourmaline se enfoca en el desarrollo de activos de mayor rentabilidad. Tras la operación, su participación en Topaz pasará del 21,3 % al 16,1 %, o incluso al 15,3 % si los bancos ejercen la opción de sobreasignación.
El dinero obtenido permitirá a Tourmaline impulsar el proyecto NEBC Montney, una iniciativa que prevé un crecimiento del 30 % en producción y más de un 40 % en flujo de caja hacia 2031. Con precios del petróleo estables en torno a 65 USD por barril y del gas natural a 4 USD/mmbtu, la compañía espera duplicar con creces su flujo de caja libre, lo que podría superar los 2.500 millones de dólares anuales una vez completado el plan.
La venta no aportará fondos directos a Topaz, pero ampliará el número de acciones disponibles para cotización, mejorando así su liquidez y su atractivo entre inversores institucionales. El cierre de la operación está previsto para el 28 de octubre de 2025, sujeto a la aprobación de la Bolsa de Toronto y otras condiciones regulatorias habituales.
Con esta decisión, Tourmaline busca un equilibrio entre rentabilidad y expansión, reduciendo exposición accionarial en Topaz pero fortaleciendo su capacidad de inversión en proyectos estratégicos. La operación, además, refuerza una tendencia creciente en el sector energético: las compañías priorizan la optimización de su portafolio y el desarrollo de activos de alto rendimiento, incluso a costa de ceder parte de sus participaciones en empresas asociadas.

