Titan Mining opera actualmente el complejo Empire State Mines, en el condado de St. Lawrence, donde produce zinc. En ese mismo recinto se construye ahora la planta de procesamiento de grafito, aprovechando su infraestructura existente y reduciendo costes logísticos y de capital. Este movimiento sitúa a la empresa como el primer productor totalmente integrado de grafito en suelo estadounidense desde los años cincuenta, algo que cobra especial relevancia ante las tensiones geopolíticas y la creciente demanda de minerales estratégicos para baterías y tecnologías limpias.
Los ensayos metalúrgicos realizados hasta la fecha muestran resultados sobresalientes. El concentrado ha alcanzado una pureza del 98,8 % de carbono total, y se espera que el rendimiento del circuito cerrado se sitúe entre el 90 % y el 91 %. Esto garantiza un producto de calidad para sectores como el de las baterías, la industria aeroespacial o la defensa, todos altamente dependientes del grafito natural.
Durante la fase inicial, la planta procesará aproximadamente 60.000 toneladas anuales de mineral del proyecto Kilbourne, situado en el mismo estado, para producir hasta 1.200 toneladas de concentrado. Posteriormente, Titan contempla ampliar su capacidad hasta las 40.000 toneladas anuales de concentrado, adaptándose a la evolución de la demanda doméstica y a las oportunidades de exportación.
El apoyo financiero también ha sido clave. Titan recibió recientemente una propuesta del Banco de Exportación e Importación de Estados Unidos (EXIM) para otorgar hasta 120 millones de dólares destinados a cubrir parte del capital necesario para el proyecto. Esta iniciativa forma parte del programa “Make More in America”, que busca reforzar la producción local de materiales críticos y estratégicos.
La compañía espera culminar el montaje de la planta en la segunda mitad de 2025, realizar las pruebas de comisionamiento en el cuarto trimestre y comenzar las ventas calificadas en el primer trimestre de 2026. Si logra cumplir los plazos, Titan Mining marcará un antes y un después en la cadena de suministro estadounidense de grafito, un recurso cada vez más codiciado por la industria de la energía y los vehículos eléctricos.
Con este proyecto, la empresa no solo busca generar valor económico, sino también contribuir a la independencia tecnológica y energética del país. En un contexto en el que la competencia global por los minerales estratégicos se intensifica, Titan podría convertirse en un actor clave dentro del nuevo mapa del grafito mundial.
Conclusión
El plan de Titan Mining en Nueva York es mucho más que una apuesta industrial: es una declaración de intenciones. La compañía pretende devolver a Estados Unidos su papel como productor relevante de grafito, reforzando la seguridad de su cadena de suministro y posicionándose como un socio clave en la transición hacia una economía más limpia y autosuficiente. Si logra cumplir los plazos previstos, el 2026 podría marcar el renacimiento del grafito estadounidense.

