El Gobierno británico ha confirmado que las nuevas normas sobre stablecoins entrarán en vigor antes de que termine 2025. Este paso, impulsado junto a la asociación CryptoUK, refleja la voluntad del país de mantenerse competitivo frente a la creciente regulación en otros mercados. El plan regulatorio británico no solo busca atraer a empresas tecnológicas y emisores de monedas estables, sino también ofrecer un marco que permita el desarrollo de innovaciones financieras sin los riesgos que han marcado el pasado del sector.
Las stablecoins se han convertido en un pilar fundamental para la adopción masiva de criptomonedas, al estar vinculadas a monedas fiduciarias como el dólar o la libra. Sin embargo, los colapsos de proyectos como TerraUSD (UST) dejaron claro que la falta de regulación puede tener consecuencias graves para los inversores y para el sistema financiero global. El nuevo marco británico pretende evitar que se repita una situación similar. El Tesoro de Su Majestad (HM Treasury) exigirá que todas las emisoras de monedas estables cuenten con reservas totalmente respaldadas por activos líquidos y auditadas regularmente, además de operar bajo una licencia concedida por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA).
Esto abre la puerta a que grandes empresas como Circle, emisora del USDC, o PayPal, que recientemente lanzó su propia stablecoin, puedan operar en el Reino Unido con reglas claras y alineadas con el marco estadounidense. La compatibilidad entre ambos sistemas es clave para fomentar la interoperabilidad y reducir las barreras regulatorias entre ambos lados del Atlántico.
En este contexto, Londres busca diferenciarse de la Unión Europea, cuyo reglamento MiCA (Markets in Crypto Assets) entrará en vigor en 2025. Mientras Bruselas ha optado por un enfoque más restrictivo, el Reino Unido apuesta por una regulación más flexible y pro-innovación, pensada para no ahuyentar a las empresas emergentes del sector. Este enfoque podría convertir a Londres en un punto de referencia europeo para la inversión en activos digitales, al estilo de lo que representa Singapur en Asia.
Para los inversores, esta noticia es una señal positiva. La claridad regulatoria siempre ha sido un factor determinante para atraer capital institucional y proteger a los usuarios. Con dos potencias financieras como Reino Unido y Estados Unidos avanzando en la misma dirección, el mercado de stablecoins podría ganar la estabilidad que tanto necesitaba. Esto también puede marcar el inicio de un estándar global que facilite su uso en pagos internacionales, proyectos DeFi o remesas.
El Reino Unido demuestra con este paso que no quiere quedarse atrás en la carrera por liderar el futuro de las finanzas digitales. Su estrategia busca combinar la tradición de una de las capitales financieras más importantes del mundo con una visión moderna y digitalizada. Si las medidas se implementan correctamente, el país podría consolidarse como un referente mundial en la adopción segura y transparente de activos digitales.

