Reino Unido planea suavizar los límites a las stablecoins y el sector cripto reacciona con escepticismo

El Banco de Inglaterra estudia permitir excepciones a su polémico límite de tenencia de stablecoins, pero la industria lo considera insuficiente.

Autor

Imagen de Alejandro Borja
Alejandro Borja

Más noticias del mercado cripto

El Banco de Inglaterra lleva más de un año trabajando en un marco regulatorio para las stablecoins, monedas digitales vinculadas al valor de una divisa como la libra esterlina o el dólar. Su objetivo declarado es mantener la estabilidad financiera y evitar que estos activos digitales compitan directamente con los depósitos bancarios tradicionales. En sus propuestas iniciales, se hablaba de topes que podrían ir desde las 10.000 hasta las 20.000 libras para individuos, y hasta los 10 millones de libras para empresas, en el caso de las stablecoins consideradas “sistémicas”, es decir, las de mayor adopción y circulación en el país.

Ante las quejas del sector, el banco central británico ahora se plantea permitir ciertas excepciones a estas restricciones. La idea sería ofrecer una mayor flexibilidad a empresas y plataformas que necesitan mantener grandes volúmenes de stablecoins para operar, como los exchanges o los proveedores de liquidez. También se estudia incluir estos activos en los entornos de prueba regulados, conocidos como Digital Securities Sandbox, con el fin de evaluar su funcionamiento en condiciones más realistas.

A pesar de esta aparente apertura, el cambio no ha convencido a la mayoría de actores del ecosistema. Desde asociaciones empresariales hasta exchanges internacionales, la reacción ha sido unánime: consideran que los límites propuestos no solo son difíciles de aplicar, sino que además enviarían un mensaje negativo a los inversores. Según varios representantes del sector, los emisores de stablecoins no pueden conocer con precisión quién posee sus tokens en todo momento, lo que haría casi imposible cumplir con la regulación sin introducir sistemas de rastreo costosos y complejos.

El argumento más repetido es que esta política podría dejar al Reino Unido en desventaja frente a otras jurisdicciones más flexibles, como Estados Unidos o la Unión Europea, que avanzan en marcos regulatorios más claros y pragmáticos. En lugar de atraer a las empresas cripto, muchos temen que estas medidas provoquen una fuga de talento y capital hacia otros mercados más abiertos.

Por su parte, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha mostrado recientemente un tono algo más conciliador. Aunque en el pasado se mostró crítico con las criptomonedas, ahora reconoce que las stablecoins pueden tener un papel legítimo en los pagos digitales, siempre que se regulen de manera similar al dinero tradicional. Bailey insiste en que el objetivo no es frenar la innovación, sino asegurar que el sistema financiero británico mantenga su solidez y confianza en un entorno cada vez más digital.

En cualquier caso, la tensión entre innovación y control sigue presente. Mientras el Banco de Inglaterra busca equilibrar la estabilidad con la modernización, la industria reclama una regulación más realista y menos restrictiva. Las próximas semanas serán decisivas: cuando el banco publique su consulta formal, se sabrá si opta por una regulación más flexible o si mantiene una postura conservadora que podría frenar el crecimiento del sector cripto en el país.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • El Banco de Inglaterra estudia introducir exenciones a su límite de tenencia de stablecoins.

  • La industria cripto británica afirma que la medida sigue siendo impracticable y contraproducente.

  • Se teme que la regulación excesiva frene la innovación y empuje capitales hacia otras regiones.

El Banco de Inglaterra ha vuelto a encender el debate en el ecosistema cripto. Su propuesta de establecer límites a la cantidad de stablecoins que pueden poseer individuos y empresas había sido recibida con fuertes críticas, y ahora intenta suavizarla con posibles exenciones. Sin embargo, la respuesta del sector no ha sido precisamente entusiasta: muchos consideran que el problema no está en las excepciones, sino en el planteamiento de base.

Reino Unido planea suavizar