Oro y plata rompen récords en plena tensión entre Estados Unidos y China

El oro supera los 4.000 dólares por onza y la plata marca un máximo histórico en medio de la escalada comercial y las expectativas de recortes de tipos en EE. UU.

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Diego Alvarez

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El repunte del oro llega en un momento en el que las relaciones entre Washington y Pekín se deterioran con rapidez. El anuncio de nuevos aranceles de hasta el 100 % sobre las importaciones chinas ha reactivado los temores de una guerra comercial abierta, similar a la de 2018, pero con un impacto potencialmente mayor en un contexto global más frágil. La respuesta de China, que ha prometido medidas equivalentes, ha incrementado la sensación de riesgo y ha empujado a los inversores hacia el oro, el activo refugio por excelencia.

A esto se suma la creciente expectativa de que la Reserva Federal pueda empezar a bajar los tipos de interés en los próximos meses. Los mercados descuentan al menos dos recortes antes de final de año, lo que debilita al dólar y hace aún más atractivos los metales preciosos. En este contexto, el oro no solo gana por su papel de refugio, sino también por la búsqueda de rendimiento real en un entorno de tipos más bajos.

La plata, por su parte, está viviendo su propio rally. No solo actúa como refugio, sino que además tiene un fuerte componente industrial, especialmente vinculado a la transición energética. Su uso en paneles solares, vehículos eléctricos y electrónica de alta tecnología ha provocado un incremento notable de la demanda física, justo cuando la oferta empieza a mostrar signos de tensión. Los inventarios disponibles en los principales centros de negociación se están reduciendo y algunos operadores ya alertan de escasez de metal físico.

En los mercados de Londres, por ejemplo, las tasas de préstamo de plata se han disparado, una señal de que hay menos metal disponible para entrega inmediata. Este desequilibrio entre oferta y demanda ha amplificado los movimientos de precio, convirtiendo a la plata en un activo extremadamente sensible a las expectativas del mercado.

Varios bancos de inversión comienzan a actualizar sus previsiones. Bank of America, por ejemplo, considera que la plata podría llegar a los 65 dólares por onza en 2026 si continúa la presión sobre la oferta y la demanda industrial sigue creciendo. En el caso del oro, los pronósticos más optimistas ya hablan de niveles cercanos a los 5.000 dólares la onza en los próximos dos años si la política monetaria de la Reserva Federal se mantiene flexible y la tensión comercial persiste.

Sin embargo, los analistas advierten que, tras subidas tan rápidas, no se puede descartar una corrección a corto plazo. La volatilidad en los metales preciosos suele aumentar cuando el movimiento se basa en factores geopolíticos y especulativos. Por eso, aunque el contexto actual sigue siendo favorable, muchos expertos recomiendan prudencia y gestión activa del riesgo.

En definitiva, lo que está ocurriendo en el mercado del oro y la plata refleja un cambio profundo en el sentimiento de los inversores. La combinación de incertidumbre política, expectativas monetarias y desequilibrios de oferta ha creado el escenario perfecto para un rally sin precedentes. Tanto para el trader como para el inversor a largo plazo, este momento supone una oportunidad histórica, pero también una prueba de disciplina: los precios podrían seguir escalando, aunque el terreno se vuelve cada vez más resbaladizo.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • El oro alcanza los 4.078 dólares por onza, impulsado por la tensión comercial y las compras de bancos centrales.

  • La plata sube hasta los 51,70 dólares y registra su mayor rally en décadas.

  • Los inversores se refugian en metales ante el temor a una nueva guerra comercial y posibles recortes de tipos de interés.

El mercado de los metales preciosos vive uno de sus momentos más intensos en años. El oro acaba de romper todos los récords históricos al superar los 4.000 dólares la onza, mientras que la plata se dispara por encima de los 51 dólares, alcanzando también un nivel sin precedentes. La causa principal está en la nueva ola de tensión entre Estados Unidos y China, que ha devuelto el miedo al mercado y ha encendido la búsqueda de refugio en los activos más seguros.

Oro y plata rompen récords