En el contexto de 24 horas, la expectativa es que el par pueda dirigirse hacia aproximadamente 1,3340 USD, aunque sin que se prevea una ruptura clara del soporte clave situado en 1,3310. Más allá, en el horizonte de 1-3 semanas, la valorización sugiere que la libra ha visto cómo su impulso ascendente se ha diluido, dejándola expuesta a un desplazamiento dentro de ese rango más bajo en lugar de un rebote significativo o una caída abrupta.
Este escenario se sustenta en varios factores combinados: por un lado, la pérdida del empuje técnico que había acompañado al par en semanas recientes, y por otro, el hecho de que el soporte de 1,3310 —aunque sigue siendo relevante— no está tan amenazado como para anticipar un colapso inmediato. Además, el entorno macroeconómico y las dinámicas de mercado no parecen favorecer una rompimiento al alza en el corto plazo.
Para los traders y quienes operan en divisas, el mensaje es claro: este no es el momento de buscar movimientos explosivos al alza sin señales adicionales. Quienes consideren posiciones en corto pueden ver espacio dentro de ese rango estimado, pero deben tener en cuenta que la caída no se presenta agresiva por ahora. De igual forma, quienes esperen un giro alcista de la libra harán bien en esperar una señal clara, como una ruptura sostenida del nivel de 1,3435 USD, antes de tomar una posición más decidida.
En resumen, la libra enfrenta una fase de incertidumbre y posible estancamiento, antes de decidir su próximo gran movimiento frente al dólar. Las condiciones sugieren un desplazamiento dentro de un rango más bajo, y no una recuperación vertical ni un derrumbe inmediato. Quienes operan con el par GBP/USD deberán ajustar su estrategia al nuevo contexto, prestando atención a la evolución del soporte de 1,3310 USD y a cualquier indicio de cambio de rumbo.

