La sorpresa del día vino de los datos de inflación. En septiembre, los precios subieron un 2,1% interanual, menos de lo que esperaba el mercado, acercándose así al objetivo del 2% fijado por el Banco de Inglaterra. Esta moderación fue impulsada sobre todo por la caída de los precios energéticos y de los alimentos, lo que devolvió cierta calma a los inversores tras meses de incertidumbre. En los mercados de futuros ya se empieza a descontar con fuerza una bajada de tipos en diciembre, una posibilidad que hasta hace poco parecía remota.
Barclays fue el protagonista indiscutible del día. Sus acciones repuntaron más de un 6% después de presentar unos resultados mejores de lo esperado y anunciar un nuevo programa de recompra de acciones. El beneficio neto trimestral alcanzó los 2.200 millones de libras, lo que superó las previsiones de los analistas. La recompra, valorada en mil millones de libras, refuerza la confianza de la entidad en su balance y muestra que el banco considera que sus acciones están infravaloradas en el mercado.
El buen comportamiento de Barclays arrastró al resto del sector financiero, con Lloyds y NatWest registrando también avances destacados. Los bancos se vieron beneficiados por el cambio de sentimiento del mercado, que empieza a anticipar un entorno de tipos más bajos en los próximos meses. La posibilidad de que el Banco de Inglaterra siga los pasos del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal en su giro hacia políticas más suaves ha sido recibida con alivio en la City.
La mejora del ánimo inversor también se dejó notar en otros sectores. Las grandes mineras como Rio Tinto y Glencore subieron alrededor de un 2%, impulsadas por el repunte de los precios de los metales industriales. En cambio, las compañías defensivas, como Unilever o AstraZeneca, tuvieron un comportamiento más discreto, reflejando una clara rotación hacia activos más cíclicos. El índice FTSE 250, que agrupa a empresas más expuestas al mercado doméstico británico, también cerró con una subida del 1,2%, señal de que el sentimiento general hacia la economía del Reino Unido está mejorando.
El enfriamiento de los precios ha sido clave para que los inversores vuelvan a mirar con optimismo el mercado británico. La inflación se encuentra prácticamente controlada y la presión sobre los hogares empieza a reducirse. Esto podría animar el consumo en los próximos meses y ofrecer un respiro a sectores que han estado bajo presión, como el inmobiliario o el minorista. No obstante, los analistas advierten que el crecimiento económico sigue siendo débil y que un recorte de tipos, aunque positivo, no resolverá todos los desafíos estructurales que enfrenta la economía británica.
En cualquier caso, la sesión de hoy deja una sensación clara de alivio en la City. Tras meses de volatilidad e incertidumbre, los datos de inflación abren la puerta a un cierre de año más estable y a un 2025 que podría comenzar con un entorno monetario más favorable. Con Barclays al frente, el FTSE 100 vuelve a mostrar fortaleza y los inversores, por fin, vuelven a sonreír.

