La jornada de este jueves ha comenzado con un ambiente de optimismo en el mercado agrícola. Los precios de la soja avanzan con decisión, impulsados por la combinación de una demanda más activa y una política argentina que podría alterar los flujos comerciales internacionales.
El principal motor de esta subida vuelve a estar en Asia. China, el mayor importador mundial de soja, ha incrementado sus compras más de un 13 % respecto al año anterior. La noticia ha devuelto la confianza a un mercado que venía mostrando debilidad tras semanas de ventas planas. Las fábricas de piensos y biocombustibles chinas están acumulando grano ante la previsión de nuevas restricciones comerciales y un posible encarecimiento del dólar en los próximos meses.
A esta situación se suma un movimiento decisivo desde el Cono Sur. El gobierno argentino ha anunciado la suspensión temporal de los impuestos a la exportación de productos agrícolas, una medida orientada a acelerar la entrada de divisas. El impacto no ha tardado en sentirse: los exportadores argentinos se apresuran a cerrar contratos y colocar su soja en el exterior, aprovechando un escenario fiscal más favorable.
Este gesto ha reordenado el mapa de la oferta mundial. Con Argentina ganando competitividad, Brasil consolida su liderazgo y Estados Unidos se ve obligado a ajustar precios para mantener cuota. A la vez, Washington observa con preocupación cómo su rival comercial, China, redirige cada vez más compras hacia Sudamérica, alejándose del mercado estadounidense.
La tensión política añade más leña al fuego. En los últimos días, la Casa Blanca ha deslizado posibles sanciones al comercio de aceites vegetales con China, lo que ha generado incertidumbre entre los traders. Cualquier paso en falso podría elevar los precios de la soja procesada y reconfigurar los márgenes industriales en el corto plazo.
En cuanto al análisis técnico, el mercado mantiene la mirada en el nivel psicológico de los 10 USD por bushel, que actúa como resistencia inmediata. Si el precio logra romper con volumen sostenido, podría abrir la puerta a un recorrido alcista hacia los 10,20 USD. Por debajo, los 9,90 USD funcionan como soporte clave y zona de posible entrada para estrategias más conservadoras.
La combinación de factores —compras chinas, ajustes fiscales argentinos y ruido político en EE. UU.— devuelve a la soja al centro del tablero global. Los operadores deberán estar atentos, porque el escenario actual es tan atractivo como cambiante.
En definitiva, la soja vuelve a demostrar por qué es uno de los activos más sensibles a los vaivenes económicos y geopolíticos del mundo. Su comportamiento hoy es un recordatorio de que los mercados agrícolas son tan emocionales como estratégicos: se mueven con la misma rapidez con la que cambia el clima… o una decisión de gobierno.

