El arranque del día dejó un panorama débil para la soja. Los contratos más negociados en Chicago, correspondientes a noviembre, registraron descensos leves pero constantes, tras un cierre anterior con pérdidas de hasta ocho centavos. Este movimiento confirma que el mercado sigue sin encontrar una base sólida tras varias sesiones en rojo.
En paralelo, el aceite de soja también volvió a ceder, afectado por la baja en la demanda de biodiésel y por un entorno de márgenes más estrechos. En contraste, la harina de soja logró sostener un leve repunte, apoyada por la demanda ganadera, aunque insuficiente para equilibrar el conjunto.
El clima continúa siendo favorable en las principales zonas productoras del Medio Oeste estadounidense, donde las lluvias han llegado a tiempo y las temperaturas acompañan. Las inspecciones de campo muestran recuentos de vainas superiores al promedio de los últimos años, un dato que refuerza las expectativas de una cosecha generosa. Esto, sumado al fortalecimiento del dólar frente a otras divisas, complica la competitividad de las exportaciones estadounidenses, especialmente hacia China, el mayor comprador mundial de soja.
Desde el punto de vista técnico, el contrato de noviembre se mueve cerca del nivel de soporte de 9,60 dólares por bushel, un punto clave que los analistas consideran decisivo para definir la dirección del mercado. Si ese piso se perfora con fuerza, los precios podrían dirigirse hacia la zona de 9,40 dólares. En cambio, una recuperación por encima de 9,75 marcaría un posible rebote técnico.
Los operadores más agresivos mantienen estrategias cortas mientras no haya señales de giro, mientras que los productores comienzan a cubrir parte de su exposición ante el riesgo de precios más bajos en plena temporada de cosecha. Los inversores más prudentes esperan una confirmación de suelo antes de volver a tomar posiciones largas.
El contexto global tampoco ayuda. El maíz y el trigo también cotizan en terreno negativo, arrastrando a todo el sector agrícola. La fortaleza del dólar y la expectativa de tipos de interés altos durante más tiempo en Estados Unidos añaden presión a las materias primas cotizadas en dólares.
En resumen, la soja sigue atrapada entre una cosecha que apunta a ser abundante y una demanda internacional que avanza con cautela. Los precios continúan bajo presión, y aunque las caídas son moderadas, el sentimiento general del mercado sigue siendo débil. Solo una combinación de noticias favorables en exportaciones o algún cambio climático imprevisto podría ofrecer el respiro que los productores llevan semanas esperando.

