En un mercado que llevaba semanas sin grandes sorpresas, la soja ha vuelto a moverse. Los futuros subieron este miércoles de forma leve pero constante, apoyados en la expectativa de una mayor demanda internacional y en un contexto comercial algo más favorable para los productores estadounidenses. Aunque el incremento no ha sido espectacular, el tono más positivo del mercado podría ser el primer paso hacia una recuperación más amplia.
Durante la sesión, los contratos de soja en la Bolsa de Chicago registraron avances cercanos a los cuatro centavos por bushel, situando el precio en torno a los 10,34 dólares. El movimiento fue discreto, pero suficiente para captar la atención de analistas y traders, que comienzan a ver señales de un posible cambio en la dinámica bajista que ha dominado las últimas semanas.
Este pequeño empuje responde a varios factores. Por un lado, las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y varios países asiáticos, incluida China, han devuelto algo de optimismo al mercado, ya que podrían traducirse en un aumento de las exportaciones. Por otro, la demanda de molienda en EE. UU. —la transformación de soja en aceite y harina— sigue siendo fuerte, lo que mantiene a raya la presión vendedora.
Sin embargo, el gran desafío sigue siendo la oferta. En Sudamérica, especialmente en Brasil, las previsiones apuntan a una cosecha récord que podría rondar los 178 millones de toneladas. Este volumen amenaza con mantener los precios contenidos en los próximos meses, salvo que se produzcan contratiempos climáticos o un repunte más fuerte en la demanda asiática.
Para los inversores y traders, el mensaje es claro: el mercado está intentando encontrar suelo. Quienes operen con futuros deben observar de cerca los datos semanales de exportación, las condiciones meteorológicas en Sudamérica y los niveles de inventario en EE. UU. Un movimiento al alza sostenido solo será posible si la demanda global logra absorber el exceso de oferta que hoy domina los balances.
En definitiva, la soja se mueve, pero sin euforia. El mercado parece estar respirando tras varias semanas de presión, y aunque el camino hacia una tendencia alcista sólida aún no está asegurado, las señales actuales apuntan a un escenario más equilibrado para los próximos días.

