El repunte del dólar está provocando una ligera presión sobre los metales preciosos, y la plata no ha sido la excepción. En las últimas sesiones ha perdido parte del terreno ganado, reflejando la clásica relación inversa entre ambos activos: cuando el dólar se refuerza, los metales tienden a retroceder.
Sin embargo, detrás de esta corrección se mantiene un escenario de fondo que continúa siendo favorable. La demanda de plata es especialmente sólida en el ámbito industrial, gracias a su papel en sectores de alta tecnología, como los paneles solares, los vehículos eléctricos o la fabricación de semiconductores. Esta base real de consumo le otorga un soporte firme incluso en etapas de volatilidad financiera.
A la vez, la oferta mundial sigue limitada. Desde hace años el mercado registra un déficit estructural entre producción y demanda, algo que se ha intensificado con el aumento de la inversión en energías limpias y electrónica. Esto crea un suelo de precios que impide caídas prolongadas y que podría impulsar futuras alzas si la economía global acompaña.
El otro gran factor es la política monetaria estadounidense. Si la Reserva Federal decide relajar su postura y comenzar a reducir tipos de interés, el dólar podría perder fuerza y devolver impulso a los metales preciosos. En cambio, una política más restrictiva mantendría la presión bajista a corto plazo.
A nivel técnico, la plata cotiza actualmente alrededor de los 47,90 dólares por onza, tras haber tocado un máximo reciente de 48,77 dólares. Si logra superar la zona de los 48,00-48,50, los analistas no descartan un nuevo intento hacia la barrera psicológica de los 49 dólares, e incluso la posibilidad de desafiar su récord histórico. En cambio, si pierde el soporte de los 47 dólares, podría consolidar una fase de corrección más profunda antes de retomar el impulso.
El contexto global será decisivo. La evolución del dólar, los próximos datos de inflación y empleo en Estados Unidos, así como las tensiones geopolíticas, marcarán el ritmo de los metales preciosos en las próximas semanas. En este escenario, la plata sigue siendo un activo estratégico tanto para quienes buscan cobertura ante la inflación como para los inversores que apuestan por la transición energética.
En resumen, aunque el dólar ha frenado momentáneamente el avance de la plata, el potencial de fondo sigue intacto. Su rol dual —refugio e insumo industrial— le da un atractivo especial en un momento de mercados inciertos. Si las condiciones monetarias cambian y las resistencias técnicas ceden, el ansiado récord histórico podría estar mucho más cerca de lo que parece.
