La plata se dispara: la escasez de oferta y la demanda industrial empujan los precios a máximos históricos

El desequilibrio entre producción y consumo amenaza con prolongarse, mientras analistas prevén nuevas subidas en 2025.

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Diego Alvarez

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El mercado de la plata vive un desequilibrio que pocos anticipaban con tal intensidad. La producción minera, que en su mayoría proviene de yacimientos de cobre, zinc o plomo, apenas crece a pesar del aumento de precios. Esto se debe a que la plata suele ser un subproducto de otros metales, lo que impide ajustar la oferta directamente según su cotización. Por otro lado, el reciclaje —procedente de chatarra electrónica o joyería— ha alcanzado su techo, sin capacidad de compensar el déficit.

La consecuencia es clara: hay más demanda que metal disponible. En 2025, la brecha podría superar los 150 millones de onzas, prolongando una situación de escasez que se arrastra desde hace cinco años. Las existencias en los grandes centros de almacenamiento, como Londres o Nueva York, han caído a mínimos históricos, y cada vez resulta más caro conseguir plata física frente al precio de los contratos de futuros.

Pero el verdadero motor de esta escalada está en la demanda industrial. La transición energética y la digitalización han multiplicado el consumo de plata en sectores estratégicos. En la energía solar, cada panel fotovoltaico utiliza pequeñas cantidades de este metal para sus conexiones eléctricas. Aunque los fabricantes intentan reducir el uso por unidad, el crecimiento de las instalaciones a nivel mundial compensa con creces ese esfuerzo. Lo mismo ocurre en la industria electrónica, donde la plata es insustituible por su conductividad, o en la automoción eléctrica, que la emplea en sistemas de carga, sensores y baterías.

La presión no llega solo desde las fábricas. Los inversores también están empujando al mercado hacia arriba. La desconfianza en las monedas fiat, la inflación persistente y la volatilidad de los bonos han llevado a muchos a refugiarse en metales preciosos. Los fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por plata física han visto entradas récord, reduciendo aún más las existencias disponibles. En algunos casos, los inversores pagan primas de hasta un 15 % sobre el precio spot para asegurarse entregas inmediatas, algo impensable hace unos años.

La situación se ha vuelto tan extrema que algunos gestores han tenido que frenar temporalmente nuevas inversiones en sus fondos de plata para evitar distorsionar el mercado. Incluso se han registrado transportes de emergencia de plata desde Estados Unidos hacia Europa para cumplir con entregas físicas, un hecho que recuerda a los episodios más tensos del mercado del oro.

Las previsiones apuntan a que el rally podría continuar. Diversos bancos, incluido Commerzbank, consideran que la plata sigue infravalorada frente al oro y que aún existe margen para nuevas subidas si el déficit se mantiene. Algunos escenarios más agresivos hablan de precios que podrían acercarse a los 60 dólares por onza en 2026.

No obstante, no todo son buenas noticias. Si la economía global entra en una fase de desaceleración, la demanda industrial podría resentirse. Un fortalecimiento del dólar o un repunte de los tipos de interés también restarían atractivo a los metales preciosos. Y aunque se espera la entrada en producción de nuevos proyectos mineros en América Latina y Australia, su impacto no se notará hasta dentro de varios años.

Por ahora, el mercado parece atrapado en un círculo de tensión donde cada movimiento alimenta el siguiente: la escasez eleva los precios, los precios atraen a nuevos inversores, y estos reducen aún más las existencias. Un ciclo que, según muchos analistas, podría marcar el inicio de una nueva era para la plata, no solo como refugio, sino como activo estratégico para la economía del futuro.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • Déficit estructural: la producción global de plata no cubre la demanda por quinto año consecutivo.

  • Demanda tecnológica e industrial: sectores como la energía solar, la electrónica y la automoción eléctrica disparan el consumo.

  • Presión de los inversores: los fondos ETF y la compra física agravan la escasez y elevan las primas.

La plata ha vuelto a situarse en el centro del tablero financiero. Su precio ha superado los 50 dólares por onza, impulsado por una tormenta perfecta de factores: una oferta minera incapaz de responder al auge de la demanda industrial, un mercado físico en tensión y una avalancha de inversores buscando refugio en el metal blanco. Commerzbank advierte que esta combinación podría mantener la tendencia alcista durante los próximos meses.

La plata se dispara hoy