La plata estalla: rompe récords históricos y pone en alerta a los mercados

El metal blanco alcanza máximos de más de una década impulsado por la subida del oro, la debilidad del dólar y la fuerte demanda industrial.

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Diego Alvarez

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La jornada del 8 de octubre fue especialmente intensa en los mercados. La plata llegó a registrar un avance del 3,5 %, situándose cerca de los 49,5 dólares por onza, su mayor nivel histórico. En algunos momentos incluso superó los 50, un umbral que los inversores observan como un punto de inflexión. Este comportamiento va de la mano con el rally del oro, que recientemente ha superado los 4.000 dólares por onza por primera vez en la historia. Ambos metales están sirviendo como refugio ante un panorama económico incierto y una política monetaria en proceso de relajación.

Uno de los grandes motores de este movimiento es la debilidad del dólar estadounidense. Las expectativas de que la Reserva Federal comience a recortar los tipos de interés han debilitado la divisa, lo que históricamente impulsa la cotización de los metales preciosos. Al mismo tiempo, la creciente demanda industrial está ejerciendo una presión adicional sobre la oferta. La plata no solo se utiliza como activo de inversión, sino también como componente esencial en tecnologías limpias, desde paneles solares hasta semiconductores y vehículos eléctricos. Esa doble función —refugio financiero y materia prima industrial— la coloca en una posición privilegiada en el contexto actual.

El déficit de oferta también está jugando su papel. Según datos de mercado, la producción minera no logra seguir el ritmo del consumo global, generando un desequilibrio que lleva varios años repitiéndose. La mayoría de la plata se extrae como subproducto de otros metales, como el cobre o el zinc, lo que limita la capacidad de respuesta de la producción ante un aumento repentino de la demanda. Esto crea un escenario de escasez estructural que, combinado con el apetito inversor, potencia aún más las subidas de precio.

En los despachos de las grandes entidades financieras, las previsiones se han revisado al alza. HSBC, por ejemplo, ha elevado su estimación promedio para 2025 a 38,56 dólares por onza, con la posibilidad de ver precios que oscilen entre los 45 y los 53 dólares durante los próximos meses. Algunos analistas incluso se atreven a pronosticar que el metal podría alcanzar los 55 dólares si se mantiene el actual impulso del oro y el debilitamiento del dólar.

Aun así, no todo es optimismo. Los indicadores técnicos muestran señales de sobrecompra, lo que podría derivar en correcciones puntuales en las próximas semanas. Las tasas de leasing de la plata —un indicador que mide la disponibilidad del metal en los mercados de préstamo— se encuentran en niveles elevados, lo que refleja una escasez notable en los inventarios del mercado londinense. Esto podría alimentar la volatilidad en el corto plazo. No obstante, la tendencia de fondo sigue siendo alcista, con un mercado que respira confianza y expectativas renovadas.

En términos prácticos, la clave estará en observar tres variables: el comportamiento del dólar, las decisiones de la Reserva Federal y la evolución de la demanda industrial. Si las tasas bajan y el consumo industrial sigue creciendo, la plata podría consolidarse cómodamente por encima de los 50 dólares. Por el contrario, un rebote del dólar o una corrección del oro podrían frenar momentáneamente el impulso.

El escenario actual presenta una oportunidad interesante para los inversores que buscan diversificar su exposición en metales preciosos. La plata, históricamente más volátil que el oro, ofrece un potencial de rentabilidad mayor, aunque también con un riesgo más alto. En este contexto, el análisis técnico y la gestión prudente de posiciones se vuelven esenciales.

En definitiva, la plata se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de 2025. Su ascenso no solo responde a factores coyunturales, sino a un cambio profundo en la forma en que la economía global valora los recursos estratégicos. Entre la transformación energética y la incertidumbre económica, el metal blanco brilla con luz propia, confirmando que su papel va mucho más allá de la joyería o la inversión tradicional.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • La plata roza los 50 USD/oz, impulsada por la debilidad del dólar y el efecto contagio del oro.

  • La demanda industrial, especialmente en energía solar y electrónica, refuerza el repunte del metal.

  • Los analistas anticipan un posible rango de 45 a 55 USD/oz para lo que queda de 2025.

La plata ha vuelto a brillar con una fuerza inesperada. En los primeros días de octubre de 2025, el metal precioso ha superado la barrera psicológica de los 50 dólares por onza, un nivel que no se veía desde hace más de una década. Este salto no es un simple repunte especulativo, sino el resultado de un cóctel de factores macroeconómicos, financieros e industriales que están redefiniendo el rumbo de los metales preciosos. Mientras el oro rompe también nuevos récords, la plata se consolida como su compañera de carrera, atrayendo la atención de inversores de todo el mundo.

La plata estalla