El giro en la narrativa comercial de Trump cambió el rumbo del mercado de divisas. Al reconocer que los aranceles impuestos a China “no son sostenibles”, el expresidente devolvió la confianza al dólar y provocó un retroceso en el par GBP/USD, que se mueve por debajo de 1,3415 tras haber tocado máximos en 1,3470. Sus declaraciones sobre una posible reunión con Xi Jinping en dos semanas reforzaron la idea de un clima más estable en el comercio internacional, lo que impulsó al billete verde.
Mientras tanto, el cierre parcial del gobierno estadounidense cumple ya 17 días, aumentando la incertidumbre sobre el crecimiento y la confianza empresarial. A pesar de ello, los inversores mantienen la expectativa de que la Reserva Federal aplique un recorte de 25 puntos básicos en su próxima reunión, aunque descartan por completo medidas más agresivas.
En Reino Unido, los datos siguen sin acompañar. La economía británica apenas logró crecer un 0,1 % en agosto, tras haber retrocedido el mes anterior, y los indicadores laborales muestran señales de fatiga. La ralentización del crecimiento salarial sugiere que la presión inflacionista podría seguir reduciéndose, lo que da margen al Banco de Inglaterra para ajustar los tipos de interés más pronto de lo previsto. Los mercados asignan ya una probabilidad cercana al 45 % de un recorte de tipos en diciembre y dan por hecho que habrá uno antes de marzo de 2026.
El contexto general deja claro que la libra se encuentra atrapada entre dos fuerzas: por un lado, un dólar fortalecido por el tono más optimista de Trump y la cautela de la Fed; por otro, una economía británica que se desacelera y empuja al BoE a actuar con más prudencia.
El comportamiento del GBP/USD en los próximos días dependerá de la evolución de las conversaciones entre Washington y Pekín y de los próximos datos de inflación del Reino Unido. Si los mensajes de calma desde EE. UU. se mantienen y los datos británicos siguen débiles, el par podría seguir presionado hacia la zona de 1,33. En cambio, cualquier indicio de recuperación en la economía británica o un tono más restrictivo del BoE podría ofrecer algo de alivio a la libra.
En definitiva, el mercado de divisas vuelve a recordar que no hay respiro: cada declaración política y cada dato macroeconómico pesan. Y en este momento, el equilibrio sigue favoreciendo al dólar.

