La jornada de este martes no fue simplemente una corrección más: fue un choque de realidades. Tras un fin de semana largo, los inversionistas regresaron a un panorama más complejo de lo esperado. Mientras el yen se fortalecía, complicando los ingresos de las empresas exportadoras, Wall Street marcaba pérdidas fuertes que se tradujeron en efecto dominó en Asia. Pero lo más perturbador para el mercado japonés fue lo que ocurría en Tokio.
Sanae Takaichi había sido elegida como nueva líder del Partido Liberal Democrático con promesas de políticas agresivas para reactivar la economía. Sin embargo, esas expectativas se han desmoronado luego de que su base coalicional, el partido Komeito, decidiera retirarse del acuerdo. Eso dejaría debilitada su candidatura como primera ministra. Con el panorama político tambaleante, los operadores comenzaron a descontar escenarios inciertos: ¿un líder opositor podría tomar la delantera en la votación parlamentaria prevista para fines de octubre?
El nerviosismo global no ayuda. La reciente escalada comercial entre EE. UU. y China —con tarifas portuarias nuevas y amenazas cruzadas— vuelve a tensionar cadenas productivas, comercio internacional y expectativas económicas. En ese contexto, muchos flujos se dirigen a instrumentos de menor riesgo: bonos a corto plazo japoneses registran compras, mientras los más largos son vendidos con fuerza.
Empresas clave no quedan indemnes. Toyota cayó por el impacto del yen fuerte sobre sus márgenes, mientras SoftBank profundizó su corrección después de semanas de alta exposición. De forma opuesta, Ryohin Keikaku (propietaria de Muji) sorprendió con un alza de más del 13 % tras presentar resultados sólidos, posicionándose como una rareza positiva en una jornada de rojo intenso.
Para quienes invierten con visión estratégica, este episodio ofrece dos lecciones claras: primero, los mercados reaccionan tan fuerte como suponen los escenarios políticos; segundo, no es momento de ir a brazos abiertos, sino de moverse con cautela. Con la fecha clave de votación parlamentaria acercándose, cualquier giro en Tokio puede generar nuevos sacudones. Mientras tanto, sectores más defensivos, cobertura cambiaria y diversificación internacional parecen más sensatos que apuestas al alza sin margen.

