El mercado de valores indio lleva años creciendo en capitalización y número de inversores, pero su estructura presenta desequilibrios. La mayoría de las operaciones se concentran en el mercado de derivados, especialmente en opciones sobre el índice Nifty, mientras que el mercado de contado ha quedado en un segundo plano. Ante este escenario, la SEBI ha decidido actuar. Su objetivo es reavivar la operativa sobre acciones reales mediante una reforma del sistema de préstamo de valores, conocido como SLB (Securities Lending and Borrowing).
El mecanismo permite que un inversor preste sus acciones a otro por un periodo determinado, normalmente con fines de venta en corto. En teoría, este sistema debería facilitar la liquidez y mejorar la formación de precios, pero en la práctica ha tenido poca acogida en India. Solo unas pocas acciones se negocian a través del SLB y los procesos son burocráticos y costosos. El regulador busca cambiar esto simplificando los trámites y haciéndolo más competitivo frente al mercado de futuros, donde los inversores suelen canalizar sus estrategias bajistas.
La reforma propuesta por la SEBI no llega de forma aislada. Forma parte de un conjunto de políticas más amplio que intenta reactivar el crédito y dinamizar el sistema financiero del país. En las últimas semanas, el Banco Central de India (RBI) ha anunciado un paquete de medidas que apunta en la misma dirección: flexibilizar el acceso al crédito y dar más margen a las entidades bancarias para financiar operaciones corporativas.
Entre los cambios más destacados, el RBI ha aumentado los límites de préstamos respaldados por acciones, pasando de 20 a 100 lakh de rupias, y ha eliminado el techo para préstamos garantizados por valores listados. También ha autorizado a los bancos a financiar fusiones y adquisiciones, algo que hasta ahora estaba restringido por normativa prudencial. Estas decisiones buscan liberar el potencial del sistema bancario y canalizar más crédito hacia empresas que impulsan la inversión y el crecimiento.
El resultado inmediato ha sido un repunte en las acciones del sector financiero y una mejora del sentimiento inversor. Los índices Sensex y Nifty han revertido las caídas de semanas anteriores, reflejando el optimismo ante un entorno regulatorio más flexible. Los analistas señalan que esta apertura puede marcar el inicio de una nueva fase de expansión en el mercado indio, donde bancos y grandes inversores institucionales asumirán un papel más activo.
No obstante, el desafío será mantener el equilibrio. Una relajación excesiva en los criterios de crédito podría aumentar los riesgos sistémicos si las empresas no muestran la capacidad suficiente para asumir más deuda. Además, la verdadera clave estará en la respuesta de la demanda: de poco servirá el nuevo marco si las compañías siguen reacias a endeudarse o si los inversores institucionales no encuentran atractivo en el nuevo esquema de préstamo de acciones.
Aun así, la iniciativa de la SEBI y del RBI es un claro mensaje: India quiere modernizar sus mercados y ofrecer un entorno más competitivo frente a otras potencias emergentes. Si las reformas logran consolidarse, el país podría entrar en una nueva etapa de liquidez, eficiencia y profundidad financiera, reforzando su posición como uno de los mercados más dinámicos de Asia.

