La entrada de Starboard no es casual. El fondo, conocido por su estilo activista, busca impulsar cambios estratégicos que aumenten la rentabilidad de las compañías en las que participa. En este caso, su foco está en NuScale Power, una empresa que desarrolla reactores nucleares modulares (SMR), una tecnología vista como una de las claves del futuro energético global. Fluor posee cerca del 40 % del capital de NuScale, una participación cuyo valor, según varios analistas, no está plenamente reflejado en el precio de la acción.
El interés de Starboard llega en un momento en el que Fluor intenta reorientar su negocio tras varios trimestres de resultados irregulares. Aunque su división principal de ingeniería e infraestructuras sigue siendo rentable, la compañía ha sufrido una ligera caída en ingresos debido a retrasos en proyectos y costes más elevados. Por eso, la posibilidad de poner en valor su participación en NuScale —ya sea mediante una venta parcial, una escisión o una revalorización del activo— ha sido recibida con entusiasmo por los inversores.
NuScale, por su parte, está en plena expansión. Sus reactores modulares prometen ofrecer una alternativa limpia y eficiente para la generación eléctrica, en un momento en que el mundo necesita fuentes estables y con bajas emisiones. La compañía ha logrado acuerdos con gobiernos y empresas energéticas de Estados Unidos, Europa y Oriente Medio, lo que ha impulsado su cotización a lo largo de 2025.
La energía nuclear modular vive un renacimiento, especialmente en Occidente, donde las tensiones geopolíticas y la transición hacia la descarbonización han devuelto protagonismo a esta tecnología. Países como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido apuestan por los SMR como una vía para garantizar el suministro eléctrico en un contexto de demanda creciente por la inteligencia artificial y los centros de datos.
La jugada de Starboard podría marcar un antes y un después en Fluor. El fondo podría presionar para que la compañía reestructure su participación en NuScale, optimice su negocio principal y refuerce sus programas de recompra de acciones. En septiembre, Fluor ya había vendido 15 millones de títulos de NuScale por más de 600 millones de dólares, destinando parte de ese dinero a reducir deuda y recomprar acciones, una señal clara de que la dirección está abierta a medidas de creación de valor.
Para los inversores, este movimiento puede suponer una oportunidad. La presencia de un fondo activista como Starboard suele implicar una revisión profunda de la estrategia, y en muchos casos, una revalorización de las acciones en el medio plazo. Sin embargo, también añade volatilidad, por lo que conviene seguir de cerca los próximos pasos de la compañía.
