Durante semanas, muchos traders apostaron por el fortalecimiento del euro asumiendo que la Reserva Federal relajaría su postura monetaria con rapidez. Simultáneamente, había abundantes posiciones bajistas (shorts) sobre el dólar. Cuando ese desequilibrio alcanza niveles extremos, los cierres automáticos o estrategias defensivas de liquidez activan movimientos que van más allá de lo que dictan los datos económicos. En este caso, la cobertura de esos shorts en USD actúo como gatillo, intensificando la caída.
Hoy, el par se encuentra cerca de la zona de 1,16 —un soporte técnico que puede servir de piso mientras el mercado digiere este ajuste. Rabobank estima que en los próximos meses el movimiento podría entrar en un rango lateral o de consolidación, con oscilaciones moderadas hasta que surja una dirección clara.
Pero pese al contexto más débil, Rabobank no descarta una vuelta del impulso alcista más adelante. Su escenario para 2026 sigue incluyendo recortes en las tasas de EE. UU., lo que debilitaría el dólar. Si el BCE mantiene cautela y las condiciones macro de la Eurozona no se deterioran, el euro podría recuperar terreno y aspirar nuevamente a niveles cercanos a 1,20 en primavera del próximo año.
Eso sí: ese camino no será sencillo. Las sorpresas en los datos estadounidenses, decisiones más agresivas del BCE o conflictos globales inesperados pueden alterar el rumbo con rapidez. Por eso, para quienes operan este cruce, la clave hoy es prudencia, gestión de riesgo y atención constante a los disparadores que puedan reactivar tendencias decisivas.

