El debilitamiento del mercado laboral británico ha sido el catalizador de la jornada. La tasa de desempleo subió al 4,8 %, mientras el crecimiento salarial se enfrió hasta el 4,7 % interanual, su nivel más bajo en más de dos años. Son cifras que preocupan porque revelan que el impulso económico del Reino Unido está perdiendo fuelle, justo en un momento en el que la inflación empieza a estabilizarse. Con este panorama, los analistas dan por hecho que el Banco de Inglaterra tendrá que relajar pronto su política monetaria, quizás con un recorte de tipos hacia diciembre si los próximos informes económicos confirman la desaceleración.
La reacción del mercado fue inmediata: la libra se debilitó con fuerza frente al euro, que aprovechó el hueco para ganar terreno hasta la zona de los 0,8710, un nivel técnico clave que los traders siguen de cerca. No obstante, la moneda europea también lidia con sus propios desafíos. Francia, la segunda economía de la eurozona, atraviesa una nueva tormenta política tras la polémica reelección de Sébastien Lecornu como primer ministro. Las mociones de confianza en el Parlamento y las dudas sobre la estabilidad fiscal del país generan un clima de tensión que pesa sobre el sentimiento inversor.
A esto se suma la presentación del presupuesto francés, que llega en un momento delicado, con las agencias de calificación vigilando de cerca los niveles de deuda y gasto público. Cualquier señal de descontrol fiscal podría avivar las dudas sobre la solidez del euro, especialmente si se combina con una política monetaria más cauta por parte del Banco Central Europeo, que intenta mantener el equilibrio entre controlar la inflación y no asfixiar el crecimiento.
Aun así, el contexto técnico favorece de momento al euro. Si el par logra consolidarse por encima de los 0,8700, podría apuntar hacia resistencias en torno a los 0,8730, impulsado por el deterioro económico británico. En cambio, una caída por debajo de los 0,8670 podría abrir la puerta a una corrección a corto plazo, sobre todo si el panorama político francés se complica más de lo esperado.
En resumen, el EUR/GBP se mueve en un frágil equilibrio: por un lado, la libra sufre por la pérdida de dinamismo de la economía británica; por otro, el euro avanza con pies de plomo ante las turbulencias políticas del continente. Los próximos días serán clave para definir el rumbo del cruce. Si el Banco de Inglaterra da señales de estar dispuesto a relajar su política antes de fin de año, la libra podría seguir bajo presión. Pero si Francia no logra estabilizar su gobierno, el euro también podría encontrar su techo más pronto que tarde.

