El día ha comenzado con un tono algo más constructivo en los mercados canadienses. El S&P/TSX se apoya en el repunte de los precios del oro, que ha alcanzado un nuevo máximo histórico superando la barrera de los 4.000 dólares por onza. La búsqueda de seguridad en los metales preciosos se ha intensificado en medio de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Canadá, así como por un contexto global en el que los inversores buscan refugio frente a la volatilidad.
El cobre, otro de los pilares de la economía de materias primas, también avanza en los mercados internacionales. Las previsiones de una posible escasez de suministro y el auge de la demanda vinculada a la transición energética están sosteniendo los precios, lo que beneficia directamente a las compañías mineras canadienses. A esto se suma la mejora del precio del crudo: tanto el Brent como el WTI avanzan en torno a un 1%, impulsados por la decisión de la OPEP+ de mantener un control más estricto sobre la producción, limitando los incrementos de oferta para sostener los precios en el último trimestre del año.
En el plano político, el mercado ha seguido de cerca el encuentro entre el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro Mark Carney. La conversación giró en torno a los aranceles que pesan sobre productos canadienses, una cuestión que ha generado tensión en los últimos meses. Aunque Washington se ha mostrado dispuesto a revisar algunas medidas, la falta de compromisos concretos deja aún dudas sobre la estabilidad de las relaciones comerciales entre ambos países.
Por su parte, en el ámbito empresarial destacó el repunte de Lithium Americas, que subió un 5% en la sesión tras conocerse que el Departamento de Energía de Estados Unidos ha autorizado un aplazamiento en el pago de una deuda de 184 millones de dólares. Este respiro financiero refuerza la posición de la compañía en un momento clave para el desarrollo del litio en Norteamérica, un mineral esencial para el crecimiento del sector de los vehículos eléctricos.
Los inversores también miran de reojo a la Reserva Federal de Estados Unidos, que publicará esta semana las actas de su última reunión. El mercado busca pistas sobre la evolución de los tipos de interés en los próximos meses. A nivel nacional, el informe de empleo canadiense, previsto para los próximos días, será una referencia clave para medir la fortaleza económica del país y anticipar si el impulso del TSX puede mantenerse en el tiempo.
El panorama actual deja oportunidades interesantes para los inversores que sepan posicionarse. El oro, pese a su precio elevado, sigue siendo una de las coberturas más efectivas frente a la inflación y la inestabilidad global. El cobre mantiene su atractivo a largo plazo por su papel en la electrificación y las infraestructuras sostenibles, mientras que el petróleo continúa siendo un activo relevante para estrategias más tácticas, especialmente si la oferta global sigue limitada.
La combinación de factores políticos, monetarios y energéticos está marcando el ritmo del mercado canadiense. Si el oro logra consolidarse por encima de los 4.000 dólares y el crudo mantiene su tendencia positiva, el S&P/TSX podría cerrar el año con una recuperación más sólida de lo que muchos anticipaban. Por ahora, las materias primas vuelven a brillar, recordando su papel clave como termómetro de la economía mundial y refugio en tiempos de incertidumbre.

