Durante las últimas sesiones, el petróleo estadounidense ha mostrado una debilidad persistente. Cada intento de rebote ha sido frenado en la zona de los 61,50 dólares, una resistencia que el mercado no logra superar desde hace días. Los traders interpretan este comportamiento como una señal de que los vendedores siguen dominando la escena y que el precio podría dirigirse a buscar nuevos mínimos si no cambia el sentimiento.
El fortalecimiento del dólar ha sido uno de los principales factores detrás de esta caída. La posibilidad de que la Reserva Federal mantenga los tipos de interés elevados durante más tiempo ha impulsado al billete verde, encareciendo las materias primas cotizadas en esta moneda y reduciendo la demanda internacional. Al mismo tiempo, los últimos datos de inventarios en Estados Unidos mostraron un incremento mayor al esperado, lo que ha reforzado el miedo a un exceso de oferta en el mercado.
En el frente global, los datos de manufactura en China y Europa siguen mostrando señales de debilidad, lo que limita las expectativas de un repunte en el consumo de energía. Este panorama ha generado inquietud entre los inversores, que temen que el cuarto trimestre del año esté marcado por una menor demanda y un exceso de producción, especialmente si la OPEP+ no introduce nuevos recortes.
Las divisas ligadas a las materias primas, como el dólar canadiense (CAD) o el peso mexicano (MXN), también se ven afectadas por esta situación. Una caída prolongada del petróleo suele reflejarse en un debilitamiento de estos activos, lo que obliga a los traders de forex a mantener una vigilancia constante sobre los movimientos del crudo.
Desde el punto de vista técnico, los 60,50 dólares se presentan como el primer soporte clave. Si el precio rompe ese nivel, los siguientes objetivos bajistas se sitúan en los 59 y 57,50 dólares por barril. Por el contrario, una recuperación firme por encima de los 61,50 dólares podría ofrecer una oportunidad de rebote hacia los 63 dólares, aunque por ahora ese escenario parece poco probable.
En resumen, el petróleo WTI sigue atrapado en un entorno desafiante. Con un dólar fortalecido, un crecimiento global débil y señales de sobreoferta, los precios podrían continuar bajo presión en las próximas semanas. El mercado energético se enfrenta a un cierre de año complicado, y la atención estará puesta en los próximos datos económicos y en la evolución de la política monetaria estadounidense.
