Durante la jornada del lunes, el oro consiguió recuperarse con fuerza después del desplome del viernes, cuando los inversores decidieron recoger beneficios tras las declaraciones del presidente Donald Trump sobre China. El mandatario aseguró que “no busca dañar” al gigante asiático y que los aranceles del 100 % a sus importaciones “no son sostenibles”, un tono más conciliador que devolvió algo de calma a los mercados y fortaleció al dólar.
Aun así, la prudencia domina entre los traders. El repunte del lunes sugiere que la caída anterior fue más una corrección técnica que un cambio de tendencia real. El metal dorado continúa encontrando apoyo en un escenario global plagado de incertidumbres: un gobierno estadounidense aún paralizado, tensiones en Oriente Medio y la expectativa de una Reserva Federal más flexible siguen reforzando su atractivo como activo refugio.
El encuentro de esta semana entre el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el vice primer ministro chino, He Lifeng, será clave para medir el rumbo de las relaciones comerciales entre ambas potencias. Cualquier señal de acercamiento podría aliviar temporalmente la presión sobre los mercados, mientras que un nuevo desencuentro impulsaría de nuevo al oro hacia sus máximos históricos, que rondan los 4.380 USD la onza.
En el plano técnico, el soporte inmediato se mantiene cerca de los 4.200 USD, zona donde los compradores suelen aparecer con fuerza. Si el precio lograra superar los 4.300 USD, el siguiente objetivo estaría en el récord previo, dejando la puerta abierta a nuevas subidas si las condiciones macro acompañan. Con un RSI aún por encima de 50, el escenario apunta más a una consolidación que a un giro bajista.
Para los traders españoles que operan tanto en divisas como en materias primas, este contexto invita a la cautela. El comportamiento del oro suele estar inversamente ligado al del dólar, por lo que cualquier movimiento en el metal puede reflejarse también en pares como el EUR/USD o el GBP/USD. Además, la publicación del IPC y los datos de actividad económica en Estados Unidos, previstos para finales de semana, podrían marcar el ritmo del mercado en los próximos días.
En definitiva, el oro sigue demostrando su fortaleza incluso en medio de la volatilidad. Su papel como activo de refugio se mantiene firme y, mientras persistan las dudas sobre el crecimiento global y la política monetaria estadounidense, su brillo continuará siendo un punto de referencia para inversores y analistas.

