El oro rompe su techo histórico y supera los 4.200 $: la tensión EE. UU.–China y los recortes de la Fed disparan la fiebre dorada

El metal precioso se dispara a nuevos máximos en un momento de incertidumbre global y con los mercados apostando por más estímulos de la Reserva Federal.

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Diego Alvarez

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El precio del oro vivió una jornada memorable al tocar un máximo intradía cercano a los 4.218 USD y mantenerse cómodamente por encima de la barrera psicológica de los 4.200 USD. La subida, de más de un 1,4 % en la sesión, culmina un año de fuertes avances en el que el metal acumula ya cerca de un 60 % de revalorización desde enero. Un repunte que refleja el apetito creciente por la seguridad en un entorno global cada vez más incierto.

El detonante inmediato de esta escalada fue el recrudecimiento de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín. Nuevas medidas restrictivas sobre exportaciones tecnológicas y amenazas de aranceles recíprocos han devuelto la volatilidad a los mercados y han reavivado la búsqueda de refugio. En momentos así, el oro vuelve a ser protagonista: es tangible, escaso y no depende de la solvencia de ningún emisor.

A este clima de nerviosismo se suma un factor monetario clave. Las palabras recientes de Jerome Powell y otros miembros de la Fed han reforzado la percepción de que el banco central estadounidense podría suavizar su política antes de fin de año. Los futuros sobre fondos federales ya descuentan con más de un 95 % de probabilidad al menos un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de octubre, y otro más posible en diciembre. El resultado es un dólar debilitado y unos rendimientos reales de los bonos en caída, dos ingredientes que históricamente impulsan al oro.

El contexto macroeconómico también añade combustible a la tendencia. El crecimiento global se ha enfriado en el último trimestre, con datos de manufacturas y consumo más débiles en Estados Unidos y Europa. En paralelo, los precios del petróleo se han estabilizado tras las tensiones en Oriente Medio, y los inversores buscan protección frente a posibles episodios de inflación persistente. En este cóctel de incertidumbre, el oro se reafirma como el activo refugio por excelencia.

En el plano técnico, el rally mantiene una estructura claramente alcista, aunque algunos analistas comienzan a advertir señales de sobrecompra. El índice RSI, por ejemplo, se sitúa en niveles que podrían anticipar una corrección a corto plazo. Sin embargo, mientras el precio se mantenga por encima de los 4.000 USD, la tendencia de fondo sigue siendo sólida. Un retroceso controlado podría incluso ofrecer nuevas oportunidades de entrada para los inversores que se quedaron fuera del movimiento.

De cara a las próximas semanas, toda la atención del mercado estará puesta en los datos de inflación de octubre y en las próximas intervenciones de la Reserva Federal. Si los precios continúan moderándose y la Fed confirma una política más acomodaticia, el oro podría extender su rally hacia nuevos máximos. Por el contrario, una sorpresa alcista en los datos de precios podría frenar temporalmente el entusiasmo comprador.

En definitiva, el oro atraviesa uno de los momentos más brillantes de su historia reciente. El miedo a un nuevo capítulo de guerra comercial, la expectativa de una política monetaria más laxa y la búsqueda de estabilidad en medio de la volatilidad han devuelto al metal dorado al centro de la escena financiera mundial. Y aunque no se puede descartar una corrección a corto plazo, el impulso estructural sigue apuntando hacia una demanda sólida y sostenida.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • El oro alcanza un nuevo máximo histórico por encima de los 4.200 USD la onza.

  • Las tensiones entre EE. UU. y China reactivan la demanda de activos refugio.

  • Los mercados descuentan nuevos recortes de tipos por parte de la Reserva Federal.

El oro ha vuelto a hacer historia, superando los 4.200 USD por onza en un contexto dominado por la tensión comercial entre Estados Unidos y China y la creciente expectativa de que la Reserva Federal recorte los tipos de interés antes de final de año. En medio del temor a una desaceleración económica y un dólar debilitado, el metal dorado consolida su papel como refugio favorito de los inversores.

El oro rompe su techo histórico