El frenazo de la inflación en el Reino Unido ha sido suficiente para que los inversores reconsideren su visión sobre la política monetaria del Banco de Inglaterra. Con la subida de precios más controlada de lo previsto, el mercado vuelve a hablar de un posible recorte de tipos antes de finalizar el año. Esta expectativa ha tenido un impacto inmediato sobre la libra, que ha perdido terreno frente a la mayoría de sus pares principales, especialmente frente al euro.
En este contexto, el EUR/GBP ha logrado consolidarse por encima de 0,8700, un nivel que durante las últimas semanas había actuado como resistencia. La debilidad del billete británico, combinada con la estabilidad del euro, ha sido el cóctel perfecto para impulsar este repunte. A nivel técnico, el cruce sigue dentro de un rango lateral relativamente estrecho, moviéndose en torno a los 80 pips, pero lo más interesante es que el gráfico muestra una formación triangular, una figura que suele anticipar un movimiento direccional relevante.
Por arriba, los analistas señalan la zona comprendida entre 0,8715 y 0,8730 como la primera barrera de resistencia seria. Si el precio logra romper con claridad ese nivel, podría abrir el camino hacia los máximos anuales en torno a 0,8750. En cambio, si la presión bajista reaparece, los soportes a vigilar se encuentran en 0,8670 y 0,8660, con extensiones hacia los mínimos de septiembre cerca de 0,8635.
Los traders más técnicos ven en este escenario una oportunidad interesante para estrategias de ruptura, aunque advierten que la volatilidad puede aumentar de forma considerable a corto plazo. Por tanto, una gestión del riesgo adecuada será esencial, especialmente teniendo en cuenta que el mercado sigue pendiente de las próximas declaraciones del Banco de Inglaterra, que podrían reforzar o desmentir la expectativa de recorte de tipos.
En el panorama más amplio, la libra esterlina sigue siendo una de las divisas más sensibles a los cambios en las previsiones de inflación. La caída de los precios en Reino Unido no solo reduce el margen del BoE para mantener su política restrictiva, sino que también pone de relieve la debilidad estructural de la economía británica frente al resto de Europa. El euro, por su parte, se mantiene respaldado por la estabilidad de los tipos del Banco Central Europeo y por la sensación de que la política monetaria en la eurozona entrará ahora en una fase de pausa prolongada.
En definitiva, el rebote del EUR/GBP por encima del 0,8700 es mucho más que un movimiento técnico: refleja un cambio de percepción en los mercados sobre el futuro inmediato de ambas economías. Si el euro logra mantenerse estable y la libra continúa cediendo terreno, podríamos ver cómo el par se encamina hacia nuevos máximos anuales.

