En Japón, la nueva primera ministra Sanae Takaichi planea un programa de estímulos que podría superar los 13,9 billones de yenes —más de 92.000 millones de dólares— para aliviar la presión de los precios y sostener el consumo doméstico. Esta medida busca compensar el efecto de una inflación persistente y mantener el ritmo de recuperación de la tercera economía del mundo.
La política monetaria del Banco de Japón sigue bajo la lupa. Una encuesta de Reuters muestra que seis de cada diez economistas esperan una subida de tipos de 25 puntos básicos antes de que acabe el trimestre, y casi todos prevén algún aumento antes de marzo de 2026. Ese posible giro pondría fin a más de una década de tipos ultrabajos, un cambio que podría fortalecer al yen en el medio plazo.
Por el lado estadounidense, el dólar sigue mostrando resistencia, apoyado por un diferencial de tipos aún favorable y un Índice Dólar (DXY) que ronda los 99 puntos. Sin embargo, el mercado sabe que cualquier sorpresa en el IPC puede mover las piezas rápidamente: un dato más alto de lo previsto reforzaría la idea de que la Reserva Federal mantendrá su política restrictiva durante más tiempo, mientras que una lectura más suave podría debilitar al billete verde y dar oxígeno al yen.
Desde el punto de vista técnico, el USD/JPY muestra una clara zona de resistencia en los 152,20 ¥, mientras que los soportes más cercanos se encuentran en los 151,50 ¥ y, más abajo, en torno a los 150,50 ¥. Si el precio logra superar la barrera actual con fuerza, no se descarta un movimiento hacia los 153 ¥. Por el contrario, una corrección podría llevarlo de nuevo a los niveles de 150 ¥, donde muchos traders esperan una oportunidad de compra o cobertura.
El escenario sigue siendo de alta expectación. El dato de inflación estadounidense puede redefinir el panorama inmediato del mercado de divisas, y los movimientos del yen estarán marcados por la combinación entre estímulos fiscales y la posible reacción del Banco de Japón. Quien opere este par deberá mantener la disciplina y actuar con rapidez: la próxima sesión puede ser decisiva para el rumbo del dólar frente al yen.

