El lunes comenzó con una clara tendencia: el dólar volvió a dominar. El índice DXY avanzó hacia máximos de varios días, respaldado por la subida de los rendimientos de los bonos estadounidenses y la persistente incertidumbre política en Washington ante la amenaza de un cierre parcial del gobierno. El par USD/JPY superó con fuerza los 150 puntos, marcando su nivel más alto en dos meses, mientras el yen sigue perdiendo atractivo entre los inversores.
En Europa, el euro cedió terreno hasta la zona de 1,1650, un nivel que muchos operadores ven como soporte clave a corto plazo. La atención se centra en los datos industriales de Alemania y en las declaraciones de Christine Lagarde, presidenta del BCE, que podrían aportar nuevas señales sobre la política monetaria europea. Por su parte, la libra esterlina se recuperó parcialmente, situándose cerca de 1,35 dólares, apoyada por los últimos datos del mercado inmobiliario británico.
En el Pacífico, el dólar australiano mantiene su rebote, superando los 0,66, impulsado por un repunte de la confianza del consumidor y la mejora de las expectativas económicas en la región.
Mientras tanto, en las materias primas, el petróleo WTI volvió a subir por encima de los 62 dólares por barril, tras conocerse una producción menor de la esperada por parte de la OPEC+. El oro, refugio clásico en tiempos de incertidumbre, superó los 3.960 dólares por onza, su nivel más alto en la historia moderna, alimentado por el temor político en EE. UU. y las expectativas de futuros recortes de tipos. La plata también subió con fuerza, alcanzando los 48 dólares, niveles no vistos desde 2011.
Pero el verdadero protagonista del día es el Fedspeak. Hoy hablarán varios miembros de la Reserva Federal —entre ellos Bostic, Bowman, Miran y Kashkari— y sus palabras podrían definir la dirección de los mercados durante las próximas semanas. Aunque no se esperan decisiones inmediatas sobre los tipos de interés, los inversores buscan cualquier indicio sobre el tono del banco central. Un mensaje más “duro” (hawkish) podría fortalecer aún más al dólar, mientras que un tono más moderado (dovish) podría abrir la puerta a nuevos recortes.
En este contexto, los analistas advierten que incluso el silencio o los matices en los discursos del Fed podrían tener más peso que las cifras macroeconómicas del día. Con el cierre del gobierno estadounidense todavía sobre la mesa y los datos europeos en revisión, el mercado se mueve sobre un terreno especialmente sensible.
El panorama deja claro que estamos ante un día decisivo: los inversores no solo reaccionarán a las cifras, sino al lenguaje y las intenciones. Quien logre leer correctamente entre líneas en el Fedspeak tendrá la ventaja en el mercado de divisas.
Conclusión
El dólar sigue imponiendo su ritmo en el arranque de la semana, mientras el mercado global contiene la respiración a la espera de los discursos del Fed. En un escenario marcado por la debilidad del yen, la fortaleza del oro y la incertidumbre política en EE. UU., los traders deberán actuar con cautela y precisión. Las palabras del Fed podrían definir no solo el rumbo del dólar, sino el tono completo del mercado en octubre.

