El nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y Australia busca reforzar el intercambio de minerales estratégicos como el litio y el níquel, recursos clave para el desarrollo de tecnologías limpias y baterías eléctricas. En otras circunstancias, un anuncio de este calibre habría impulsado la confianza en la economía australiana, pero el contexto actual no ha permitido que el dólar local se beneficie.
El mercado se mantiene centrado en la fortaleza del billete verde, respaldado por unos rendimientos del Tesoro estadounidense en máximos de varias semanas. Las declaraciones recientes del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, han dejado claro que la lucha contra la inflación aún no ha terminado y que los tipos podrían mantenerse elevados durante más tiempo. Esta visión agresiva sigue atrayendo flujos hacia el dólar estadounidense y provocando salidas desde las divisas de mayor riesgo, como el AUD.
Mientras tanto, el Banco de la Reserva de Australia (RBA) se enfrenta a un dilema complicado. La inflación local continúa por encima del 3%, lo que limita la posibilidad de aplicar recortes de tipos, pero la debilidad del dólar australiano empieza a generar preocupación por el aumento del coste de las importaciones. Además, el mercado laboral muestra signos de enfriamiento, con una tasa de desempleo que ha subido hasta el 4,1%. El RBA debe equilibrar su política para no agravar la desaceleración económica ni presionar más a la divisa.
Desde el punto de vista técnico, el par AUD/USD muestra un tono claramente bajista. La zona de los 0,6450 se presenta como soporte clave, y una ruptura por debajo podría abrir el camino hacia los 0,6400, niveles no vistos desde principios de septiembre. Por arriba, la resistencia más inmediata se encuentra en torno a los 0,6520-0,6550, donde las presiones vendedoras continúan siendo dominantes.
La debilidad del dólar australiano también tiene relación directa con el comportamiento de su principal socio comercial: China. El crecimiento del PIB chino, que se situó en un 4,4% interanual en el tercer trimestre, decepcionó al mercado y ha generado nuevas dudas sobre la recuperación de su economía. Esto ha provocado una caída adicional en los precios de las materias primas, especialmente del mineral de hierro, uno de los pilares de las exportaciones australianas.
A su vez, el índice del dólar estadounidense (DXY) ha superado los 107 puntos, reflejando la fortaleza global del billete verde. La combinación de tipos altos, inflación persistente y un contexto de incertidumbre económica mundial sigue consolidando la posición del dólar como refugio seguro para los inversores internacionales.
En definitiva, la caída del AUD/USD hasta 0,6480 pone de manifiesto que, por ahora, la política monetaria y la fortaleza del dólar estadounidense pesan más que los avances diplomáticos. Aunque el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y Australia abre una vía de colaboración económica más sólida a medio plazo, el mercado necesita señales claras de mejora económica en Asia y un cambio de tono en la Reserva Federal para devolverle impulso al dólar australiano. Hasta entonces, todo apunta a que seguirá bajo presión.

