Durante toda la mañana, el mercado del algodón se movió con pesimismo. Los contratos que dominan la atención de los operadores mostraron retrocesos significativos, mientras los plazos más largos siguieron esa misma línea bajista. La sensación es que el mercado está perdiendo fuerza después de varias semanas intentando estabilizarse.
Uno de los factores que está pesando más es el dólar firme. Cuando la moneda estadounidense gana valor frente a otras divisas, las materias primas denominadas en dólares —como el algodón— se encarecen para los compradores internacionales. Esto frena la demanda y suele traducirse en ajustes de precios.
A esto se suma la volatilidad en el mercado del petróleo, que complica aún más el panorama para las fibras naturales. Un crudo más barato abarata la producción de fibras sintéticas como el poliéster, restando atractivo al algodón en el sector textil.
Otro punto que genera inquietud es la falta de datos oficiales recientes sobre exportaciones y producción. Normalmente, los informes semanales del USDA sirven de guía para medir la fortaleza del mercado, pero su suspensión temporal ha dejado a los traders sin referencias claras. Con la oferta global holgada y una demanda que no termina de repuntar, el sentimiento general es de cautela.
En el plano técnico, los gráficos muestran que el algodón podría dirigirse a zonas de soporte más bajas si no aparece un catalizador que cambie el rumbo. Un repunte del petróleo, un debilitamiento del dólar o un informe agrícola más ajustado podrían ofrecer algo de alivio, pero por ahora, el tono sigue siendo bajista.
En definitiva, el mercado del algodón se enfrenta a un momento delicado. No parece tratarse solo de una corrección puntual, sino de un proceso de ajuste más amplio. Los operadores deberán estar atentos a los próximos días, cuando se conozcan nuevos datos y se confirme si esta tendencia se consolida o si el mercado logra encontrar piso.

