BMW ajusta sus previsiones para 2025 y sacude a los mercados con una caída del 3 % en bolsa

La presión de los aranceles en EE. UU. y la debilidad del mercado chino fuerzan a BMW a rebajar su guía anual y encienden la preocupación entre los inversores.

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Javier Borja

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BMW ha reconocido que el año 2025 será más complicado de lo previsto. En su nuevo pronóstico, la compañía reduce su margen operativo en el área automotriz y anticipa un flujo de caja libre que rondará los 2.500 millones de euros, muy por debajo de lo que esperaba a comienzos de año. La principal razón es el retraso en los reembolsos de aranceles estadounidenses, que finalmente llegarán en 2026 y no el próximo ejercicio como se preveía.

Aunque la empresa mantiene su política de dividendos y su programa de recompra de acciones, el mensaje que lanza al mercado es claro: la rentabilidad se está estrechando y el entorno global pesa más de lo deseado.

El gran punto de dolor para BMW sigue siendo China. Las ventas en el gigante asiático, su mayor mercado, no han cumplido las expectativas y acumulan una caída interanual cercana al 11 % en lo que va de ejercicio. A esto se suma una competencia cada vez más feroz por parte de los fabricantes locales de vehículos eléctricos, que presionan los precios y obligan a las marcas europeas a reajustar márgenes.

La compañía confía en que la próxima generación de vehículos eléctricos —la llamada “Neue Klasse”— ayude a recuperar terreno en China. Este proyecto pretende ofrecer coches más eficientes, con costes de batería entre un 40 % y un 50 % inferiores, lo que podría devolver competitividad a la marca en un mercado que se ha vuelto extremadamente sensible al precio.

En paralelo, la tensión comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea sigue siendo una amenaza latente. BMW esperaba una resolución favorable para mediados de 2025, pero el retraso en las devoluciones de los aranceles ha cambiado los planes. Aun así, la empresa confía en que parte de esos impuestos se reduzcan durante la segunda mitad del año. De no ser así, los márgenes podrían comprimirse hasta 1,25 puntos porcentuales adicionales, lo que afectaría directamente a su beneficio operativo.

Los mercados no tardaron en reaccionar. Las acciones de BMW abrieron con pérdidas cercanas al 3 %, arrastrando al resto del sector automotor europeo. Firmas como Mercedes-Benz y Volkswagen también registraron descensos, en un día en el que los inversores apostaron por la cautela y se refugiaron en sectores menos expuestos a la economía china.

Pese a todo, BMW insiste en que el recorte de previsiones no implica un cambio de rumbo, sino una adaptación a un entorno mucho más complejo de lo esperado. Su objetivo, según la dirección, es mantener la disciplina financiera y proteger su capacidad de inversión mientras el mercado se reequilibra.

La empresa confía en que 2026 marque el inicio de una recuperación más sólida, apoyada en la nueva gama eléctrica y en una mejora de las relaciones comerciales internacionales. Hasta entonces, el fabricante bávaro deberá navegar con prudencia entre las turbulencias del comercio global y los desafíos del cambio tecnológico que afronta toda la industria.

El recorte de BMW no es un caso aislado, sino un reflejo de un contexto más amplio: las marcas europeas están sufriendo la desaceleración china y el proteccionismo estadounidense. La pregunta que ahora se hacen los inversores es si estas compañías lograrán mantener sus márgenes a flote en un escenario donde los costes suben y la demanda se enfría.

Los 3 puntos clave de la noticia

  • Reducción del margen operativo en el segmento automotriz del 5-7 % al 5-6 %.

  • Flujo de caja libre a la mitad por retrasos en los reembolsos arancelarios.

  • Ventas débiles en China y mayor competencia local afectan los resultados.

BMW ha encendido las alertas en el mercado tras anunciar un recorte en sus previsiones para 2025. El fabricante alemán justifica la decisión por el enfriamiento de las ventas en China y por el impacto de los aranceles en Estados Unidos. El ajuste ha tenido una reacción inmediata: sus acciones caen cerca de un 3 % en la preapertura, reflejando la desconfianza de los inversores ante un entorno global cada vez más desafiante.

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