Tras días de incertidumbre, el presidente Emmanuel Macron ha acelerado el proceso para designar un nuevo primer ministro antes del viernes. La medida ha devuelto algo de confianza a los inversores, reduciendo la probabilidad de elecciones anticipadas, que se disparó al 70 % a comienzos de semana. Aunque el mercado respira aliviado, todavía persisten dudas sobre la solidez del futuro gobierno y su capacidad para aprobar el presupuesto antes de fin de año.
El alivio también se refleja en el diferencial entre los bonos franceses y alemanes, que tras tocar máximos ha comenzado a retroceder, un signo de que el riesgo político francés empieza a moderarse. Sin embargo, el euro aún no tiene vía libre: el mercado espera las actas del Banco Central Europeo, donde se espera que se reafirme el mensaje de que la política monetaria actual está en un “buen punto”, con la inflación ya cerca del objetivo del 2 %.
En Reino Unido, las últimas declaraciones del Banco de Inglaterra han frenado cualquier entusiasmo sobre la libra. El economista jefe, Huw Pill, aboga por mantener una política monetaria conservadora, mientras que la miembro del comité Catherine Mann insiste en mantener los tipos elevados durante más tiempo para controlar la inflación. Este tono prudente aleja las expectativas de recortes rápidos y mantiene la presión sobre la libra esterlina.
En conjunto, el par EUR/GBP se mueve con un leve sesgo alcista, favorecido por la calma francesa, pero sin grandes catalizadores que impulsen un avance sostenido. Los operadores siguen atentos al desenlace político en París y a cualquier pista que pueda ofrecer el BoE sobre su estrategia para los próximos meses.

